Etiquetas

#AgendaDePeriodistas (1) #FreeBritney (1) #MeToo (1) #NoMeDigasGuapa (1) ABC (1) abuso policíaco (1) aclaración (1) acoso (2) acoso sexual (1) Agencia EFE (2) AgenciaEFE (1) AGN (2) ALDF (1) Alejandro Encinas Rodríguez (1) Alexandra Wallace (1) Alfredo Herrera Patiño (2) Alonso Lujambio (1) An Phung (1) Andrés Manuel López Obrador (1) Angélica de la Peña (1) Animal Político (1) animalismo (2) anónimos (1) Argentina (2) Armando Vega Gil (1) Arthur Lee (1) asiáticos (2) Aurora Gómez Galvarriato (1) Babelia (1) Bernardo Bertolucci (1) Blackface (1) Britney Spears (1) Brozo (1) Cabecita negra racista y cobarde (3) Callo de Hacha (1) Canal del Congreso (1) Carlos Loret de Mola (1) Carlos Ruiz Abreu (1) Carmen Aristegui (1) CDHDF (7) censorship (1) censura (4) Chequeado (1) Chile (2) Chloe Melas (2) Christopher Domínguez (1) Christopher Tuckwood (1) Ciberacoso (1) CIDE (1) CIDH (2) CinePremiere (1) Cisen (4) CNDH (2) CNN (5) Comisión Bicamaral Canal del Congreso (1) Conapred (5) conflicto de interés (2) Consuelo Sáizar (1) Conte Biancamano (1) coreanos (2) Corina Courtis (1) corrupción en México (1) Cynthia Hijar (1) Daniel Bisogno (1) Daniel Moreno Chávez (1) Datos Personales (1) David Vigilante (3) David Vigillante (1) Defensor del Lector (1) Defensora del Lector (1) denuncia (1) Derechos Humanos (1) deshonestidad escritural (1) deshonestidad periodística (1) Diario La República (1) Diego Salázar (1) Dietrich Fischer-Dieskau (1) Digna Ochoa (1) Discriminación (1) Eduardo Bohórquez (1) Eduardo Medina Mora (2) EFE (1) Efectos secundarios (1) El huésped (1) El Mundo (1) El Mundo de Alycia (1) EL PAÍS (1) El Sol de Iquique (2) El Último Tango en París (1) El Universal (1) El vano ayer (1) Elena Garro (5) Elena Poniatowska (1) Elisabeth Schwarzkopf (1) Emiliano Zapata (1) Emilio Álvarez Icaza (3) Emily Kuhn (2) Emmanuel Carballo (1) Enrique Peña Nieto (2) Epigmenio Ibarra (1) Es la Hora de Opinar (4) escritoras (1) espía (1) estereotipo racista asiaticos (1) Etcétera (1) Excélsior (3) Fabio Hua Fang (1) Fact Checking (1) Feminasty (1) Feminismo (1) FEMOSPP (3) Fernando del Paso (1) Fernando Iwasaki (4) Final de Partida (programa TV) (1) Fondo de Cultura Económica (2) Forever Changes (1) ForoTV (2) fraude periodístico (3) Fundación Gabo (4) Gabriel Zaid (2) Gonzalo Celorio (1) Google México (1) Guadalupe Nettel (1) Guillermo Valdés Castellanos (1) Héctor de Mauleón (1) Helena Paz Garro (1) Hilda Téllez Lino (4) hipocresía (1) Humberto Musacchio (1) IFAI (4) Ingmar Bergman (1) intelectuales (2) intelectuales mexicanos (1) Isaac Echinedu (1) Isaac Rosa (2) Jacqueline Peschard Mariscal (2) Jaime Abello Banfi (2) James Cavallaro (1) Jan Martínez Ahrens (1) Javier Esteinou Madrid (1) Javier García-Galiano (1) Javier Tello (2) Jesús Rodríguez Zepeda (1) Joaquín Díez Canedo (1) John Lennon (1) José Antonio Aguilar Rivera (1) José Carreño Carlón (2) José Luis Luege Tamargo (2) José Luis Martínez S. (4) Jota (José) Linderos (1) Jota Linderos (1) Juan Soto Ivars (1) Julio Cortázar (1) Julio Patán (1) La Razón (1) Laberinto (5) Laura H S (1) Leo Zuckermann (3) Leticia Dolera (1) Letras Libres (1) Ley3de3 (1) leyenda urbana (1) lied (1) Lola Galán (1) Los Angeles Times (1) Love (1) Lucía Melgar (1) Lucy in the Sky with Diamonds (1) Lucy Vodden (1) Luis Buñuel (1) Luis de la Barreda Solórzano (7) Luis de Llano Macedo (3) Luis Echeverría Álvarez (1) Luis González Placencia (1) Maldita.es (1) Marcelo Ebrard (1) Marco Levario Turcott (1) María Marván Laborde (1) Maria Schneider (1) Mariana Pinango (1) Mariana Piñango (1) Marlon Brando (1) Martha Lucía Micher Camarena (1) Martin Luther King (1) media manipulation (1) Metro DF (1) Michelangelo Antonioni (1) Milenio Diario (5) Morgan Freeman (6) movimiento estudiantil 1968 (1) Nashieli Ramírez Hernández (1) Nexos (3) Nicolás Alvarado (2) nigeriano (1) Óscar Espinosa Villareal (1) Pascal Beltrán del Río (2) Paulo Vannuchi (1) Paulo Vanucchi (1) Pedro Salazar Ugarte (1) Periodismo (1) periodismo declarativo (1) perro Clinton (2) perros primero (1) Pilar Noriega García (1) plaqueta (1) Priscilla Pizarro (1) racismo (8) racismo en México (8) racista (1) Rafael Cabrera (1) Rafael Pérez Gay (1) Rafael Tovar y de Teresa (1) Raúl Trejo Delarbre (2) Recurso de Impugnación (1) Reforma (1) reseña (1) Ricardo Bucio (2) Ricardo Bucio Mújica (2) Ricardo Monreal Ávila (2) Rita Macedo (1) Roberto Escudero (1) Rodrigo Gutiérrez Rivas (1) Rosa Beltrán (10) Santiago Creel Miranda (2) Senado (1) simulación en México (1) suicidio (1) Tamara de Anda (3) Televisa (1) Thomas Quasthoff (1) Tomoo Terada (2) Toronto Star (1) Tracy Wilkinson (1) Transparencia Mexicana (1) Twitter (2) UCLA (1) UNAM (3) USA Today (1) Virgilio Caballero (1) viveza criolla (1) Yahoo México (1) Yolanda Ramírez Hernández (1) Zoé Robledo (1)

miércoles, 19 de agosto de 2009

El denunciante como maledicente, según Fernando Iwasaki

Por lo visto mis acusaciones contra Rosa Beltrán han calado muy hondo, a pesar de la cínicamente mentirosa “Aclaración” de ella, la censura impuesta por José Luis Martínez y el que, por lo visto, la mayoría de los lectores no haya entendido la parte racista del asunto.

De otra forma no se explica que otro colaborador del suplemento Laberinto, el escritor peruano Fernando Iwasaki, parezca referirse a mí sin nombrarme, en la colaboración de su columna del sábado 15 de agosto, titulada “Maledicentes”.

Difícil no darse por aludido si of all places Iwasaki publica su texto en Laberinto (colabora también en el diario español ABC y en otras partes), el mismo suplemento en el que, hace no tanto, se publicó mi carta sobre el racismo entre “los cultos”, específicamente Rosa Beltrán. La misma que, al no tener la opción de poder ningunearme (las acusaciones eran tan graves que su silencio sólo podría interpretarse como aceptación) escribió una mentirosa “aclaración” que no aclaraba nada. Mismo suplemento en el que su editor, José Luis Martínez, le dio la razón a ella y la última palabra al tiempo que impedía cualquier posibilidad de que yo pudiera responder a sus mentiras, exhibiéndola aún más. El mismo Martínez, quien terminó asumiendo por correo ante mí la censura descarada de una carta abierta en la que yo protestaba por su parcialidad como editor.

Si todo lo anterior es reducido a mera “maledicencia”, entonces Rosa Beltrán no es una racista mentirosa y José Luis Martínez no es un censurador, editor confeso de refritos y lacayo de Beltrán. E Iwasaki no tiene por qué sentir la mínima pena de elogiar a Beltrán o publicar con Martínez.

Tan difícil como el que yo no me dé por aludido es igualmente difícil para Rosa Beltrán el que ella no se dé por aludida. Porque lo que Iwasaki inicia como un aparente repaso por la historia de la maledicencia en el ámbito literario deriva en una curiosa arenga a practicar “la costumbre de elogiar”. Enlista a un grupo de escritores españoles a los que considera elogiables y, a continuación, “como la lista latinoamericana sería larguísima” se limita a México (quién sabe por qué este país y no Argentina o su natal Perú) y enlista a los escritores mexicanos elogiables, entre los que cuenta a…Rosa Beltrán.

A mí me parece, por parte de Iwasaki, una forma muchísimo más hábil y sutil de poder darle también un espaldarazo a Rosa Beltrán, sin caer en la torpeza de José Luis Martínez de evidenciar censura y hasta expresar afirmaciones involuntariamente denigrantes para sí mismo (“soy un editor que, a sabiendas, publica refritos”).

Iwasaki tiene la costumbre de elogiar. Hace poco, en el mismo suplemento Laberinto, lo que inició como una columna para poner en duda el valor de ser “escritor joven”, de considerar la juventud y precocidad de los escritores como un valor en sí mismo, acabó concluyendo en un elogio (merecido) al escritor argentino Andrés Neuman.

Pero en realidad Iwasaki se equivoca. No se trata de que “contra la maledicencia, el elogio”. Porque la crítica y la denuncia pueden acabar siendo consideradas como “maledicencia” por quien no entiende la diferencia entre elogiar y adular. O la diferencia entre las relaciones públicas y la crítica literaria positiva o negativa hacia la obra de quienes, como humanos, lo mismo pueden escribir maravillas, que obras buenas, malas o mediocres. Aquel que siempre invariablemente elogia terminará viendo siempre cómo sus elogios son cada vez menos apreciados por sus elogiados, que apreciarán su amistad pero no necesariamente su gusto.

Ya que Iwasaki implica que soy un “maledicente” tengo que informarle que, por ejemplo, elogié en la revista mexicana Replicante la obra de uno de los escritores españoles, Isaac Rosa, al que él considera elogiable; en específico su novela El vano ayer (2004). Antes de mí, que yo sepa, en México sólo se habían publicado acerca de esta novela de Rosa las críticas “maledicientes” de Christopher Domínguez y José Manuel Prieto, los cuales se ocuparon, más que los aspectos literarios de la novela, de especular acerca de la relación que guardaba Rosa con los regimenes cubano y venezolano, de quienes, según se podía desprender de lo que escribían aquellos, Isaac Rosa habría sido escritor favorito y consentido, a grado tal como para que, no importando que fuera en forma turbia, le regalaran el premio Rómulo Gallegos de 2005, en perjuicio de otros concursantes.

Más bien Iwasaki tendría que ser más cuidadoso en sus elogios, pues, por ejemplo, elogiar a Rosa Beltrán no es lo mismo que elogiar a Isaac Rosa. Este último no tiene en España, hasta donde estoy enterado, un cargo en la burocracia cultural que le permita difundir a otros escritores, a diferencia de Beltrán. Entre Rosa y Rosa Iwasaki puede terminar espinado de la lengua por soltar elogios a diestra y siniestra. Elogiar la obra de una funcionaria encargada de difundir la obra de otros escritores, con la capacidad de promover a unos y vetar a otros, como sin duda será su caso y el mío, respectivamente, siempre despertará la suspicacia.

Pero lo más importante es, creo, el hecho de que sea precisamente él, el colaborador de Laberinto que tiene un apellido “oriental”, quien le dé un nuevo espaldarazo a Rosa Beltrán. Eso “probaría” que José Luis Martínez tiene razón y que en el texto de Rosa Beltrán sobre los coreanos no hay “ningún atisbo de racismo”.

Quiero pensar que Fernando Iwasaki, al igual que muchos lectores, no entendió la parte racista de este asunto. Pensar de otra forma implicaría el tener una concepción muy negativa acerca de él, como alguien a quien, para establecer o mantener una amistad o relación conveniente que le sirva para seguir promocionando su obra en México (editor José Luis Martínez y funcionaria Rosa Beltrán), no le importa escupir contra sí mismo, contra la parte de sus genes que es “oriental”.

Iwasaki, quien es nieto de japonés (Wikipedia) y se declara en entrevista “medio japonés” no tiene, ciertamente, mucho aspecto “oriental”; y como lo da a entender en algún cuento suyo como “La sombra del guerrero” la herencia cultural japonesa en realidad le es ajena. Para él lo “oriental” es algo tan exótico como para la mayoría de occidentales, quienes no cuentan entre sus antepasados a un abuelo japonés.

Y como Iwasaki ha comido (creo que se trata de una exageración literaria, pero quién sabe) hamburguesas de gato (Por qué escribo relatos o para cuándo novela) seguramente no alcanza a percibir qué puede tener de racista el que Rosa Beltrán invente que los coreanos se roban gatos para comérselos y además invente a un amigo anónimo al que pueda atribuir tal declaración.

¿Para hacer esas hamburguesas Iwasaki se robó los gatos de los vecinos, se quejaron de él y terminó apareciendo en un periódico como el medio japonés robacomegatos? ¿O todo lo anterior sólo puede ser señalado, incluso inventado, cuando se trata de coreanos?

Por eso, en el próximo mensaje les explicaré y mostraré, a él y a todos quienes no hayan entendido la acusación de racismo contra Rosa Beltrán, que la misma tiene su base en la forma tan rara en que Beltrán escribe y “versiona” sus supuestas crónicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gusta la buena conversación, sea personal o en línea, pero borraré sin contemplaciones cualquier insulto. Cuando he criticado a alguien siempre he mostrado las razones para hacerlo. Y jamás me he ocultado en el anonimato, como hacen muchos en línea.